Rodrigo Castillo
El cambio a la electromovilidad ya se ha vuelto un camino algo largo. entusiasmo inicial, las dudas claves, los grandes actores y la voluntad de la industria por definirse por las cero emisiones, al menos en vehículos livianos.
Pero una pieza parecía faltar: un actor de la industria con experiencia en investigación y desarrollo, audaz en sus propuestas y que sienta la seguridad de un impresionante poder industrial tras sus espaldas. Hablamos de la sueca Volvo, que con su prueba de manejo global en los valles de Baja California, México, trajo a la realidad lo que hace unos años pare- cía un imposible: un eléctrico, de gran eficiencia, costo contenido y mucha on- da: el premiado Volvo EX30.
Game changer
¿Qué es lo que convierte a un auto en una leyenda? Puede ser su diseño y estilo, como un Citroën DS; su propuesta tecnológica como la Clase S de Mercedes-Benz o bien, la democratización de ambos, lo que propone en definitiva el Volvo Ex30.
Ello, basado en sus cualidades más visibles. Un diseño notable que lleva a la gama de compactos sueca al filo de los nuevos diseños de electromovilidad, sin perder su esencia ni onda; una actitud completamente responsable con todos sus entornos, y una experiencia de electromovilidad confiable, práctica y asequible en inversión inicial.
El Volvo EX30 es, en rigor, un SUV compacto premium con el foco en reducir al máximo sus emisión de carbono. Para lograrlo, ofrece dos opciones de baterías; la primera, de 51 kWh o de 69 kWh (Extended Range), dependiendo de sus necesidades de uso. Esta diferencia en la capacidad de la batería permite una autonomía aproximada de 340 o 480 kiló- metros, respectivamente, según los da- tos de WLTP. En Chile, el vehículo estará disponible en cuatro versiones: Core, Core (Extended Range), Plus (Extended Range) y Ultra (Extended Range).
Se trata de un nuevo capítulo para Volvo, que promete en este modelo una reducción del 25% en su huella de carbono en comparación con los modelos C40 y XC40 completamente eléctricos. Además, en su proceso de fabricación se utiliza un 25% de aluminio reciclado, un 17% de acero y un 17% de plástico reciclado, junto con la incorporación de materiales renovables en su interior.
«El impacto que ha tenido el EX30 en la industria automotriz ha sido de gran magnitud. Hizo que muchas marcas se den vuelta para mirarnos como un competidor fuerte. Hablamos de marcas de lujo o Premium que siempre se han rankeado en los primeros lugares en volumen. Hubo tres aciertos con el EX30. El primero es el diseño, que es versátil y sofisticado; el segundo es la tecnología del vehículo, tanto en conectividad como en seguridad; y el tercero, que ha cerrado la fórmula perfecta, es su posicionamiento en precio. Estas tres condiciones han hecho que tenga una aceptación increíble en los mercados en los que ya se ha empezado a comercializar», comentó Jennifer Montejo, product manager de Volvo Latam, en el evento.
Lo interesante del modelo de SUV compacto de Volvo, es finalmente el cambio de actitud de la marca, algo habitual en su vanguardista historia: no se queda con ser eléctrico para mostrar buenos números en cuanto a baja de huella de carbono, sino que el concepto de sostenibilidad lo toma desde casi toda perspectiva, desde el reciclaje al final de la vida útil de sus componentes, has- ta la materialidad amigable que ofrece en sus soluciones que llevan a un nivel muy competitivo no solo la electromovilidad sueca, sino también el lujo y experiencia de la marca del iron mark.